miércoles, 28 de mayo de 2008

SOLIDARIDAD


SOLIDARIDAD


Desarrollo de una cultura de solidaridadLa solidaridad es un concepto universal al que se le debería atribuir un valor universal. La solidaridad comporta proteccción y seguridad. Una familia, una aldea, una tribu, una nación requiere la solidaridad de sus miembros para poder sobrevivir, para garantizar su seguridad contra los depredadores de afuera, para asegurar su bienestar. Lo cual requiere formas específicas de organización, la delegación de responsabilidades y un sistema de retribuciones y sanciones. La seguridad del individuo y la lealtad ante el grupo son los dos aspectos del mismo vínculo social. En este sentido elemental, la solidaridad es el requisito social más fundamental y no hay sociedad sin solidaridad.La solidaridad también comporta la cohesión de un grupo de personas que comparten condiciones e intereses comunes y que cooperan para mejorar su posición social. Esta forma activa de solidaridad, a nivel nacional e internacional, ha sido el vehículo de mucho progreso social en las condiciones humanas y para todos los movimientos hacia mayor igualdad y justicia social.La solidaridad con las futuras generaciones constituye un valor que vuelve a asomar en las culturas dominadas por la ganancia económica y la política de corto plazo. La motivación ha de buscarse en los daños causados al medio ambiente. En culturas menos materialistas y menos impacientes, la transmisión a la siguiente generación de códigos de conducta social y de un sano ambiente físico sigue siendo una preocupación principal. Merece una consideración la propuesta presentada ante las Naciones Unidas de incluir en todos los debates y negociaciones importantes a una persona encargada de representar los intereses de las generaciones futuras.La caridad ha sufrido una notable devaluación en la psiquis moderna. Proporciona satisfacción al donante y alivia por un tiempo la situación del receptor, pero crea dependencia, espera gratitud y contribuye a mantener el statu quo en sentido social y político. La solidaridad en sí es criticada por aproximarse demasiado a la caridad. Aun así, antes de ser una manifestación política de superioridad y una justificación de la perpetuación de las desigualdades, la caridad debe ser, y en muchos casos es una propensión natural del corazón y de la mente, una capacidad de amar al prójimo. La caridad es una virtud, no una política. Un acto de amor, y no el cumplimiento de un deber. En este sentido la caridad proporciona un fundamento moral para el anhelo de justicia y de solidaridad.Como tantos otros valores, la solidaridad puede tergiversarse y pervertirse. Hay solidaridad en una pandilla y en la delincuencia organizada. Los líderes autoritarios piden disciplina y solidaridad a su pueblo.

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